Tras la Cumbre de Lisboa celebrada en el año 2000, los países miembros de la Unión Europea iniciaron la remodelación de los Sistemas de Formación Profesional, con el fin de mejorar la cualificación de la población activa a través de, en el caso de España, la creación de un Sistema Nacional de Cualificaciones y Formación Profesional que integrase la oferta formativa dentro del Sistema Educativo y la Formación Profesional para el Empleo.