Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en el trabajo y compartimos más horas con los compañeros que con nuestra pareja, hijos o amigos. Así que teniendo en cuenta el porcentaje de nuestra vida que trascurre en el entorno laboral, sería lógico pensar que en la oficina pasamos por todo tipo de estados de ánimo, ¿o aún hay alguien que cree que los trabajadores somos autómatas sin sentimientos?